Fue uno de sus pedidos en el marco de la Jornada Mundial de la Paz, que se realizó hoy en la basílica San Pedro
En su primera misa del 2018, que se celebró en la basílica San Pedro, el Papa Francisco reclamó «tolerancia» a los refugiados e inmigrantes y llamó a que la Iglesia sea «humilde, pobre de cosas y rica de amor». En tanto, disparó en contra de «las banalidades desmoralizadoras del consumo»
En el marco de la Jornada Mundial de la Paz, que este año lleva la consigna de «Inmigrantes y refugiados: hombres y mujeres que buscan la paz», el Sumo Pontífice ratificó que «las migraciones globales seguirán marcando nuestro futuro»
Y apuntó: «Los que fomentan el miedo hacia los inmigrantes, en ocasiones con fines políticos, en lugar de construir la paz siembran violencia, discriminación racial y xenofobia, que son fuente de gran preocupación para quienes se toman en serio la protección de cada ser humano».
Por el año que comenzó hoy, Francismo pidió a los fieles que dejen «los fardos del pasado» y empiecen «de nuevo desde lo que importa», e insistió en que Dios quiere que la Iglesia sea como la Virgen, «madre tierna». En este sentido, cargó contra «las banalidades desmoralizadora del consumo».
En este sentido, advirtió a los creyentes para que se protejan «de la anestesia de la publicidad, la propagación de palabras vacías y las alarmantes olas de charlatanería y ruido».»Todos los días deberíamos tomarnos unos momentos de tiempo para guardar silencio junto a Dios, proteger nuestras almas y nuestra libertad», dijo Bergoglio, al tiempo que apeló a no dejarse llevar por el miedo y la melancolía.
